Académico Jaime Figueroa explicó el rol de ciertas enzimas en la patogenicidad de Piscirickettsia

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El Dr. Jaime Figueroa, académico de la Universidad Austral de Chile, plantea que también podrían tener un papel sobre el efecto citopático y la resistencia antimicrobiana en salmón.

En una reciente investigación, científicos chilenos descubrieron y caracterizaron algunos tipos de enzimas proteolíticas -o proteasas- que utiliza Piscirickettsia salmonis durante la infección.

Según explicó en conversación con Salmonexpert el Dr. Jaime Figueroa, Investigador de la Universidad Austral de Chile (UACH) y del Centro Incar, quien es uno de los autores de la investigación, en el caso específico de P. salmonis, puede secretar este tipo de enzimas al medio para digerir tejidos del hospedero, como músculo y piel principalmente, y así lograr suplir sus deficiencias nutricionales.

En el trabajo, se analizaron cepas del tipo LF y del tipo EM, incluida la cepa tipo LF-89 ATCC, y se midieron los cambios en la expresión genética cuando se realizó una infección in vitro con células de salmón Atlántico.

“Lo interesante del trabajo es que evidencia que todas las cepas analizadas son capaces de producir y secretar en forma basal estas diferentes proteasas. Sin embargo, el nivel de proteasas secretadas aumenta marcadamente cuando los valores se miden tras una infección in vitro con células de salmón Atlántico (SHK-1). Esto evidencia que las bacterias son capaces de “sensar” las células de salmón e incrementar la secreción para probablemente ayudar a su correcta nutrición de aminoácidos”, describe el experto en cuanto a los resultados obtenidos.

Además, esta producción de proteasas se incrementó en el tiempo, hasta cerca de seis veces a las 96 horas. “Probablemente, esto tiene importancia no solamente en la nutrición bacteriana, sino que también en facilitar la entrada de la bacteria a las células de salmón y contribuir a generar el efecto citopático”, detalla el Dr. Figueroa.

Factores de virulencia

Las enzimas proteolíticas con mayores cambios evidenciados en el experimento fueron el sistema de secreción tipo 1 (T1SS), hemolisina A, peptidasa M4 (termolisina) y proteasas CLP.

Al respecto, el investigador de la UACH esclarece que por ejemplo los sistemas de secreción tipo 1 del patógeno sólo han sido detectados, pero poco estudiados, algo que según los resultados obtenidos en este estudio, serían relevantes para las funciones de secreción de proteínas funcionalmente importantes de la bacteria.

“La gran mayoría de los sistemas de secreción están constituidos por proteínas que le permiten al complejo de todas ellas generar “poros” regulados para una secreción controlada de grandes proteínas (la gran mayoría toxinas o factores de virulencia en otras bacterias patógenas)”.

“La principal característica de este sistema es que es un túnel directo desde el citoplasma bacteriano al exterior, sin escala en el espacio periplásmico (espacio entre las dos membranas bacterianas). Por tanto, se constituyen en bombas de eflujo, grupo al cual también pertenecen los transportadores ABC, relevantes en la resistencia antibiótica”, puntualiza el experto.

Con todo, las proteasas secretadas por P. salmonis corresponderían a genes compartidos que tendrían importancia como factores de virulencia por ser capaces de generar daño celular, “incluso permite explicar lesiones macroscópicas como las “cavernas” generadas en músculo y un signo clínico claro de la acción de P. salmonis en salmónidos”, concluye el científico.

 

*El autor material de este trabajo periodístico es Francisco Soto del medio Salmonexpert*