«La ausencia de las ciencias en el país de las emergencias»
La profesional cuestiona la tardanza en el actuar de Sernapesca ante la internación de macroalga Saccharina japónica a Chile, para la cual recientemente se declaró emergencia de plaga.
Hoy reproducimos de manera íntegra la columna de opinión que Claudia Torrijos Kneer, bióloga marina y estudiante de nuestro programa de Magíster en Medio Ambiente y Bioseguridad en la Acuicultura UACh, compartió en Salmonxpert.
“Nuevamente nos sorprende una noticia en la que el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) declara emergencia de plaga -y, por ende una nueva crisis- por la presencia de una especie exótica invasora: el alga parda Saccharina japónica, la cual estaría en el canal Caicaen, comuna de Calbuco.
Esta especie es originaria de Japón -donde se cultivó tradicionalmente- y en la década de 1950 es introducida a China, alcanzando niveles superiores a las 1.5 millones de toneladas anuales de alga fresca. El alga deshidratada es un alimento altamente consumido denominado Kombu, de la cual también se pueden extraer alginatos.
Las macroalgas se caracterizan por ciclos de vida complejos, que les confieren una gran plasticidad reproductiva y que en esta especie presenta dos fases: la forma que se cultiva y se consume corresponde al esporofito que es diploide, el que al madurar libera esporas que dan origen a una fase microscópica y la haploide, denominada gametofítica (gametofitos femenino y masculino) los que al madurar y fecundarse generan ejemplares macroscópicos de importancia comercial.
Desde el punto de vista ecológico, dado su ciclo vital de dos fases, esta especie presenta dos instancias de dispersión, lo que aumenta sus posibilidades de adaptación y probabilidades de diseminación. En su ciclo productivo, la fase microscópica y el desarrollo inicial de las plántulas se realizan en hatchery bajo condiciones de calidad de agua y temperatura controladas.
De acuerdo con lo que informa la Resolución exenta Nº: DN – 00718/2021 del 27 de abril de 2021, el 10 de noviembre de 2020 Sernapesca recibió una denuncia ciudadana, en la cual se señaló la realización de una plantación de cultivo ilegal del alga “Laminaria”, en el centro de cultivo Nº 102808, de titularidad de Algas Tower SpA, determinándose una fiscalización documental que arrojó -curiosamente- que el centro referido no había realizado actividades de abastecimiento y cosecha que correspondiera a los 3.000 kilos de chorito que declaraba mantener en cultivo.
Se estableció también la visita de inspección por parte de funcionarios de la oficina de Calbuco de dicho Servicio, en conjunto con la Autoridad Marítima, quienes constataron la presencia de aproximadamente ocho líneas de cultivo con la especie exótica que estaban “escondidas” entre 2 líneas largas de 230 metros. Se realizó la toma de muestras del alga en cultivo, las cuales fueron enviadas para su análisis al Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) de Puerto Montt, quienes determinaron preliminarmente que la muestra correspondía a una “especie de macroalga parda no descrita para las costas de Chile”, detallándose que la muestra presentó una morfología típica de alguna especie de los géneros Laminaria y Saccharina.
Pese a la contundencia de estos hallazgos, no se realizó ninguna acción sancionatoria ni reparatoria por parte de Sernapesca y en el mes de enero de 2021, volviendo a visitar el centro con el fin de tomar muestras de las algas y realizar ensayos genéticos y moleculares para identificar la especie.
La resolución incluso menciona que se pudo constatar que las líneas se encontraban unidas por unas cuelgas, las que de acuerdo con lo señalado por personal de IFOP, probablemente fueron inoculadas con esporas previo a su instalación.
Pero estos antecedentes tampoco fueron suficientes para Sernapesca y en el mes de abril de 2021, se evidenció que las muestras obtenidas y cultivadas en laboratorio se tornaron reproductivas, constituyendo un indicio de su probable proliferación en el medio natural. Recién ahí la autoridad se planteó la necesidad de tomar acciones para verificar y determinar si efectivamente esta macroalga logró asentarse en el medio ambiente acuático de las áreas cercanas a donde se encontró, decretándose esto tras cinco meses de cultivo en el mar y un tiempo previo indeterminado de cultivo en hatchery.
Caben aquí las siguientes preguntas: ¿Por qué sucede esta inexplicable dilación? Frente a las contundentes evidencias y el conocimiento existente respecto de las macroalgas y sobre todo de aquellas de importancia comercial, ¿por qué no tomar alguna medida? La ficología ha podido establecer que existen diferencias relevantes entre especies, que se pueden observar a simple vista, haciendo cortes histológicos o comparando la morfología de las esporas o los gametofitos obtenidos en laboratorio (los cuales fueron obtenidos, maduraron y se fecundaron). Sin embargo, Sernapesca solicita una secuenciación molecular, lo que claramente es un elemento innecesario para tomar este tipo de decisiones donde el tiempo es el único factor que se puede controlar.
¿Esta tardanza en tomar decisiones así de relevantes están originadas en el leitmotiv de una institución como Sernapesca, que al estar alojada en el ministerio de Economía no tiene al mar y el Medio Ambiente en el centro de su atención e interés, sino más bien, la producción económica? Tal vez por esta razón es que los profesionales que toman decisiones y determinan los cursos de acción de la institución lo hacen dentro del paradigma neoliberal, considerando al ambiente sólo como un activo productivo más dentro de un modelo económico enfocado en la exportación de altos volúmenes de materia prima para la industria internacional.
Y finalmente: ¿cuenta Sernapesca y otros organismos técnicos con los conocimientos científicos para la toma de decisiones que afectan a todas y todos los chilenos? Y si no es así ¿cuánto tenemos que esperar para que sea la ciencia y no un cargo gubernamental quien determine qué es lo mejor para nuestro medio ambiente?»